lunes, 13 de julio de 2015

Pobreza del alma

Nuestro aliado para soñar,
es la imaginación.

Ésta abunda,
en el corazón de los niños.

Ellos pueden soñar,
e imaginar lo que quieran.

El niño posee grandeza,
y nosotros los adultos…
pobreza.

Porque ser pobre,
es no tener anhelos.

Ser pobre,
es no poder abrir nuestro corazón.

Ser pobre es sin dudas,
perder el disfrute y el no estar 
contentos.




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