Miro a la cara a mis imperfecciones,
trabajo con ellas todas las mañanas.
Abundan mis errores,
como hierba mala.
Le pido al cielo otra oportunidad,
ésta me brinda una sabrosa llovizna tardía.
Tropiezo una y otra vez con mis malezas,
ellas crecen y aparecen sin cesar.
Miro a la luna y pido un manto de piedad,
pido a las estrellas mayor claridad.
Tropiezo una y otra vez,
pero ahora aprendo.
Despierto y escucho en los silencios,
camino con la mirada.
Gracias cielo querido,
ahora tengo la claridad deseada.
Christian Schloe
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