de tu boca, de tu amor
corrosivo.
Hoy me redimo
de rutinas planchadas,
de lavabos melancólicos
de caricias rancias.
Hoy me preservo
de tu andar deslucido.
Hoy no quiero soles nocturnos,
ni el néctar de tu desnudez sombría.
Conrad Roset
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